Aún sigo aquí sentado, la guitarra en mi costado y la memoria de un fracaso se recuesta aquí a mi lado, me mira y me bendice, y me anima y me seduce y se aparta y me recuerda que estar solo no es pecado, que la vida no se aparca por haberme abandonado, y me deja triste y cansado, harto y vacío, pequeño y desgraciado, y aquí estoy, aquí estoy, lamiendo mis heridas, muy solo y muy cansado, cuidando de mis penas, hundido y desarmado, y aquí estoy mi amor, aquí estoy, el reflejo de tus ojos me recuerda que he fallado, que te he fallado. Y aquí estoy, aquí estoy, lamiendo mis heridas, muy solo y muy cansado, cuidando de mis penas, hundido y desarmado.