Con el cargo vacante, el nombre que con más fuerza sonaba ayer en Tribunales para investigar el PAMI era el de Ricardo Sáenz. Pero si los antecedentes de Moldes levantaron sospechas sobre su imparcialidad, también los de Sáenz vuelven sobre lo mismo. Quienes conocen su despacho, aseguran que allí descansa una foto autografiada del presidente Menem. No sólo sus vinculaciones con el poder político fueron cuestionadas. Más de una vez Sáenz se convirtió en el centro de escándalos judiciales. En 1991, el ex fiscal Luis Moreno Ocampo pidió que fuera separado de una causa que investigaba al narcotraficante Fernando Pruna Bertot. Entonces, Sáenz no sólo evitó pedir su extradición, sino que también ordenó su excarcelación. Dos años más tarde, Sáenz investigaba el robo de la beba Eliana Garelli en el hospital Santojanni. Su conducta en la causa fue cuestionada por el juez a cargo de la investigación, Carlos Caravatti, quien lo acusó de "actitud intimidatoria" cuando el fiscal entró a una comisaría armado para exigirle al comisario que le entregara varios informes.