Exploraremos los orígenes de los combates aéreos en la Primera Guerra Mundial y la manera en la que el engranaje interruptor permitía a las ametralladoras disparar a través de las hélices, creando el primer auténtico caza y convirtiendo el cielo en un escenario mortal. La guerra también introdujo una nueva clase de héroe: el guerrero solitario que surcaba los cielos. Cuando los pilotos más temerarios lograban derribar cinco aviones, se ganaban un nuevo título, "As", como el alemán Oswald Boelcke o el americano Eddie Rickenbacker. Con la Segunda Guerra Mundial, los cazas habían evolucionado, convirtiéndose en una maquinaria de matar con una velocidad y capacidad de disparo tres veces superior a la de sus predecesores de la Primera Guerra. Tras finalizar la contienda y con la llegada del jet, nació una nueva era en los combates aéreos.