Venezuela durante los años 60 se convirtió en laboratorio de las operaciones secretas de la CIA y el Pentágono. El movimiento de liberación venezolano se enfrentó con la mayor misión militar norteamericana en la región, que desplegó satélites de espionaje, Teatros de Operaciones y Fuerzas Especiales aplicando métodos de desaparición y tortura en complicidad con los gobiernos socialdemócratas de Betancourt y Rúal Leoni. Métodos con los que sería duramente golpeado el movimiento revolucionario en Venezuela y que después extenderían al continente.