Como resultado de la imagen milagrosa, 8 a 9 millones de personas se bautizaron en la fe católica en los años siguientes a su aparición en 1531.
También vale la pena mencionar que Martín Lutero, quien por su rebelión contra la Iglesia católica y su creación de un nuevo tipo de falso cristianismo, dio a luz a un sinnúmero de sectas que arrancaron de la Iglesia católica cinco millones de personas, había nacido en 1483. Hernán Cortés nació solo dos años después, en 1485. Hernán Cortés fue el hombre que derrocó al imperio azteca, haciendo posible la milagrosa conversión de millones que se facilitó por la imagen de Guadalupe. El evento más importante de la vida de Lutero estaba ocurriendo casi exactamente al mismo tiempo en que Hernán Cortés conseguía derrocar el imperio azteca. Es como si en el mismo momento en que millones de personas estaban siendo arrancadas en Europa de la verdadera Iglesia, Dios lo estaba componiendo haciendo que se introdujera en ella el doble de personas en el Nuevo Mundo. La imagen de Guadalupe es uno de los milagros más prodigiosos de la historia humana. Tal vez Dios lo hizo en México porque el imperio azteca fue sin duda la cultura más malvada de la historia humana. Él quería contrarrestar ese nivel de maldad con un bien mayor. La imagen dio testimonio de la verdad de la fe católica, porque en su mensaje Nuestra Señora dirigió al pueblo al obispo de la Iglesia católica de la época y a la fe católica tradicional: Que quienes buscan la verdad y los que aman la verdad y los que aman a Cristo, abrazan este mensaje y la única verdadera fe de Jesucristo, la fe católica.